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Lo que está y no se usa nos fulminará, doce relatos de Patricio Pron

El escritor argentino Patricio Pron, autor de seis libros de relatos y siete novelas, hace buena en su libro más reciente la frase de su maestro Ricardo Piglia: “Narrar es tomar decisiones”. La cita de Piglia que precede al primer relato, Salon des refusés, alude a las preocupaciones del poeta Paul Valéry con respecto a la novela, por sus múltiples posibilidades narrativas. Patricio Pron, reconocido con el Premio Juan Rulfo de Relato en 2004, convierte esa limitación en su principal virtud como narrador. Es dueño de un estilo muy reconocible y una imaginación desbordante. Así, el primer cuento de Lo que está y no se usa nos fulminará, publicado con Literatura Random House, es una exhibición de variantes argumentales, probabilidades dramáticas que ocurren y dejan de ocurrir en la siguiente línea. “No, no es eso lo que sucede en realidad”, dice Pron, provocando el desconcierto en el lector. Además utiliza la repetición como recurso a lo largo de toda la obra, cuya narración es deliberadamente reiterativa.

El libro, compuesto de doce cuentos, es profundamente metaliterario. Lo que está y no se usa nos fulminará ahonda en la figura del escritor: su vida, sus inquietudes, su modus operandi. “Todos los escritores fantasean con la posibilidad de que su vida sea una obra de arte o la imite”, dice en el relato “He’s not selling any libis”, un precioso homenaje a la música encarnada en la figura del padre del narrador, “una nota a pie de página en la historia”. En otro pasaje del libro, Pron evoca a un niño que se ha olvidado del final de un chiste, lo que le obliga a desarrollar su creatividad. Es una de las tantas subtramas —intrarrelatos— contenidas en cada uno de los cuentos. Esta práctica se vuelve habitual a lo largo de la obra, tanto que se convierte en uno de los rasgos principales.

Mientras que en el primero de los cuentos se percibe de fondo una alusión al candente debate acerca de la autoficción literaria —dos escritores acuerdan escribir la autobiografía del otro— y la trascendencia real de la verdad o la mentira, en realidad todo el libro sugiere una profunda reflexión sobre la identidad de los escritores. Desde la honorabilidad y su preocupación por la reputación o “la buena imagen” en el primer cuento hasta la importancia del “yo” en la escritura y fuera de ella. “Este es el futuro que tanto temías en el pasado” es un divertidísimo relato que aborda la vida social de los escritores y los convencionalismos derivados de las obligaciones editoriales. Patricio Pron encarna al protagonista de la historia, que busca un doble no para que lo imite, sino para que lo reemplace.

“No, no es eso lo que sucede en realidad”, dice Pron, provocando el desconcierto en el lector

La repetición es el recurso narrativo que sobrevuela todo el libro. Goza de todo sentido desde que el lector comprende que se trata de un recurso deliberado. Patricio Pron es reiterativo en la narración de estos cuentos porque todas las historias suponen un regreso, una suerte de mirada hacia el pasado, ese personaje con el que siempre es necesario rendir cuentas. “Lo que nos ha confundido, nos orientará” es el aforismo de Ramón Andrés que anticipa la historia de “La repetición”, el relato más interesante de todos por ser el más completo y el más entretenido. La propuesta más original y el personaje más atractivo del libro, Paulo, un profesor de literatura que, en un viaje de trabajo, trata de recrear la fiesta que pudo haber cambiado su vida.

Como Paulo, casi todos los personajes de Lo que está y no se usa nos fulminará andan un poco extraviados. La búsqueda de la identidad es otra de las grandes ideas del libro. Así aparece reflejada en múltiples capas temáticas: la figura del escritor y sus relaciones con el arte, sobre el que se articulan numerosas reflexiones en torno a la música, la pintura —“las limitaciones de la pintura y la superioridad sobre ella de la música”, dice—, los conflictos familiares, el repaso de algunos episodios convulsos del siglo XX o la influencia del tiempo y el espacio sobre los personajes, que pueden aparecer en cualquier contexto. Desde la Alemania de la Guerra Fría, separada en las Repúblicas Federal y Democrática, hasta la Argentina de la Revolución.

Articula numerosas reflexiones en torno a la música, la pintura —“las limitaciones de la pintura y la superioridad sobre ella de la música”, dice—

Precisamente “Un divorcio de 1974” es el relato más desolador de todos. Dos historias paralelas de dos jóvenes —chico y chica— que pertenecen a los montoneros, el grupo terrorista de izquierdas argentino que llevó a cabo la lucha peronista desde la época de la Revolución hasta finales de la década de 1980. Se trata del texto más amargo y menos complaciente de todos los relatados, pero es una mirada sincera hacia la identidad de su país y está descrito con una gran potencia narrativa. Los registros de escritura parecen inagotables para Pron, tanto desde el punto de vista formal como temático. Por ejemplo, las relaciones familiares y parentales tienen especial importancia en relatos como “Uno de esos padres” y “Notas para un perfil de Tinder”. En ambos el narrador escarba en lo más profundo de las debilidades del ser humano sin perder de vista el sentido del humor, otro de los atributos que identifican a este libro.

Por otro lado, “Lo que contó la niña” es una de las formulaciones más arriesgadas de todos los relatos. La primera frase, “Era un horrible secreto”, no encuentra su razón de ser hasta el final del cuento, que es una suma de frases yuxtapuestas que expresan que el secreto fue pasando de boca en boca, como el teléfono escacharrado. Una especie de fábula con moraleja en la que Pron reivindica que el Relato (con mayúsculas) no pertenece a nadie, ni siquiera al autor primero que lo contó, seguramente vía oral, antes de que otro se encargara de difundirlo. Además, podría ser una crítica hacia el chismorreo que no se preocupa siquiera por contrastar la fuente de información.

“Como todas las personas que no han leído lo suficiente, P creía haber leído ya bastante”

Ni siquiera la crítica literaria se salva de las consideraciones de Pron, expresadas a menudo con grandes dosis de cinismo. La composición artística y la creatividad son objeto de algunas de sus reflexiones, así como la literatura y, en concreto, la lectura: “Como todas las personas que no han leído lo suficiente, P creía haber leído ya bastante”, dice en el relato titulado “La bondad de los extraños”.

Casi todo tiene cabida en el imaginario de Pron, y casi siempre sale ileso de sus piruetas. Sin embargo, a veces roza el descalabro. De la misma manera que la arriesgada apuesta de “Lo que contó la niña” resulta ser un artefacto brillante, el cuento que titula “Quien te observa en el espejo desaparecerá contigo” es un experimento fallido, del que sólo será memorable el mero artificio. Un conglomerado de subordinadas sin orden ni concierto en mitad de un texto lleno de paréntesis y comas, sin un solo punto. Con todo, Patricio Pron ejecuta en su escritura todas las posibilidades que están a su alcance. Esto, sumado a un estilo con sello de identidad, lo convierte en un narrador muy valioso.

 

Jaime Cedillo (@JaimeCedilloMar) es periodista, músico y poeta. Colabora con El Cultural, publicación del diario El Mundo y con otros medios de comunicación. Se graduó en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos I y cursó el Máster de Crítica y Comunicación Cultural de la Universidad de Alcalá de Henares.

 

Puedes leer una entrevista con Patricio Pron aquí. Y dos reseñas más de sus libros: No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas callesEl libro tachado.

 

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