Las Madres de Jacqueline Rose son chivos expiatorios

En Occidente, la maternidad es el vientre de los problemas. Es el lugar donde actuamos los conflictos de nuestra identidad. Un enorme cuenco de la vida, con sus molestias y sus remedios. Esa imagen de la vasija que para el especialista en el arquetipo de la Gran Madre Erich Neumann era muestra evidente del carácter de la maternidad en su aspecto primario como contenedora de una nueva vida, sirve a Jacqueline Rose como núcleo de su libro Madres: un ensayo sobre la crueldad y el amor. Al antiguo lamento feminista sobre el exceso de exigencia a las madres, la autora inglesa añade la consideración sobre el significado de las demandas que la sociedad coloca sobre aquellas que están en contacto “con los aspectos más difíciles de cualquier vida vivida a plenitud”. El ensayo traducido del inglés por Carlos Jiménez Arribas y publicado por la editorial Siruela aboga por sociedades más autocríticas, donde las personas reconozcan con exactitud qué es lo que están esperando de las madres y, por extensión, de las mujeres.

“Cuanto más énfasis se pone en cebar el estereotipo, en este como en tantos casos, más resalta su vacuidad”

Partiendo desde la teoría feminista, pero nunca circunscribiéndose solo a esta, la escritora nacida en 1949 recorre los principios del psicoanálisis y de la teoría crítica para establecer cómo y por qué Occidente ha convertido a la maternidad en el chivo expiatorio de los fracasos personales y, peor aún, de los políticos. Madres no se trata solo de una crítica a la imagen de la maternidad feliz tan útil a la sociedad de consumo. “Cuanto más énfasis se pone en cebar el estereotipo, en este como en tantos casos, más resalta su vacuidad, y más se le ven las costuras. Podría decir que las madres son las verdaderas subversivas; y que, tal y como el feminismo lleva años insistiendo, nunca son lo que parecen”, escribe la autora, quien se vale de noticias, gente conocida, documentos oficiales, novelas, obras de teatro, cuentos o ensayos para elaborar este recorrido por los espacios intelectuales en donde se da contenido a la maternidad.

 

En el vientre de la historia.

En ese recorrido sobre la semiótica de la maternidad a lo largo del tiempo, el ensayo hace especial énfasis en la sociedad contemporánea, no en balde la imagen con la cual abre la primera parte de la obra, titulada “Castigo social”, se refiere a un titular en The Sun sobre el supuesto “turismo sanitario” en el Reino Unido de unas novecientas embrazadas de origen africano que entre 2015 y 2016 entraron al país supuestamente para aprovecharse la Seguridad Social Británica. El tratamiento de los datos indigna a Rose y la lleva a preguntarse: “¿Por qué suele señalarse a las madres como las responsables de los males del mundo?”.

El mejor momento del ensayo es al principio de la segunda parte (“Ceguera psíquica”) en donde vincula las obras de la poeta y feminista estadounidense Adrienne Rich, la autora clásica inglesa Virginia Woolf y la filósofa alemana Hannah Arendt a través de la relación entre lo que Rose llama “el egoísmo altivo de la familia burguesa” y la tiranía de un Estado. “Están las tres hablando, cada una a su manera, de que con el pretexto de la crianza del ser humano, y en lo más hondo de dicho proceso, se puede marginar y aplastar toda la complejidad y amplitud de posibilidades inherentes en la humanidad, antes incluso de que hayan brotado todavía”, escribe antes de satirizar con too apocalíptico la razón por la cual ese esquema letal de entrega absoluta es una expectativa sobre las madres: si albergan en su seno “el futuro del mundo”, ¿por qué no llevarían también en el vientre su aniquilación?.

“Las madres son las verdaderas subversivas; y que, tal y como el feminismo lleva años insistiendo, nunca son lo que parecen”

El análisis de la obra de Elena Ferrante ocupa casi la totalidad de la tercera y última parte del libro, titulada crípticamente “La agonía y el éxtasis”. Echando mano de los personajes femeninos de la autora italiana, Rose analiza las relaciones entre madres e hijos, en especial con las hijas como posibles madres del futuro. Su estudio de las relaciones familiares a partir de lo femenino es especialmente esclarecedor y en este resulta fundamental la propia biografía de Rose, la cual sirve de hilo anecdótico a los argumentos eruditos del ensayo. La autora no solo encarna a una mujer escritora, también es nieta de judíos que huyeron de los campos de concentración nazis y es madre adoptiva de una niña china. Una mujer es una madre es una escritora. Y de eso se trata su ensayo: de que las madres no parecen aquello que son. Ante eso, por su puesto, solo cabe preguntarse: ¿Y qué son las madres?

 

Michelle Roche Rodríguez (@michiroche) es narradora, periodista y crítica literaria. Es autora del libro de relatos Gente decente (Premio Francisco Ayala, 2017) y del ensayo Madre mía que estás en el mito (Sílex, 2016). Su página web es http://www.michellerocherodriguez.com

Tags:
0 shares

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *