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Un día en la vida de una mujer sonriente presenta todos los cuentos de Margaret Drabble

 

Una científica que gana el Nóbel por descubrir el gen de la vanidad. Una profesora que quiere encontrar los paisajes descritos en los poemas de William Wordworth. La vida de una madre soltera a través de los ojos de una inoportuna visitante. Sobre estas anécdotas se construyen tres de los trece relatos cortos contenidos en Un día en la vida de una mujer sonriente, una colección de microcosmos cerrados del universo narrativo Margaret Drabble.

El libro es una feliz rareza que contiene la totalidad de los cuentos que ha escrito a lo largo de su vida la autora británica, más conocida por haber publicado diecisiete novelas entre las que se cuentan Una niña de oro puro (traducida al castellano recientemente por editorial Sexto Piso) y La piedra de moler, que le hizo merecedora del John Llewellyn Rhys Prize en 1965, así como del reconocimiento de la crítica y el público. La publicación de la editorial Impedimenta presenta los cuentos aparecidos en diversas revistas literarias entre el año 1966 y el 2000 y permite apreciar motivos reiterativos en la obra de Drabble como el del viaje exterior que signa el proceso de descubrimiento interior o los desafíos de la condición femenina.

La entrada al relato titulado “Una historia de éxito”, donde la célebre dramaturga (ficticia) Katie Jones se encuentra con un escritor que fue el ídolo de su formación profesional, resume bien la manera en que Drabble mira su género: evitando su problematización y construyendo un sólido universo donde el canon es femenino. “Esta es la historia de una mujer. No se podría haber contado hace unos cuantos años. Quizá ni siquiera hace tan solo cinco años. Quizá, en realidad, tampoco pueda contarse ahora. Quizá no debería escribirla, quizá sea mala idea escribirla. Pero merece la pena arriesgarse. Solo por ver qué pasa”, escribe la autora nacida en 1939. En este relato, el que peor sale parado es Howard Jago, el escritor estadounidense que se contaba entre los más importantes de su generación, porque la perspectiva de la protagonista narradora termina por convertirlo en un sujeto menos que baladí.

La descripción del universo femenino es especialmente efectiva en el cuento que da título al compendio donde una mujer se entera de que tiene una enfermedad el mismo día que debe dar una conferencia inspiradora en un instituto educativo. En “Los regalos de la guerra”, Grabble introduce la variante de clase. Escribe el relato desde la perspectiva de dos mujeres de la posguerra, una madre de clase trabajadora y una universitaria de clase media, que han heredado un mundo hostil en el que deben aprender a moverse.

“La poesía de la inspiración era, hasta cierto punto, la poesía de la ignorancia, y sacar conexiones entre determinados símbolos, una locura destructiva”

Otro asunto fundamental de la poética de la narradora que también ha escrito para el teatro es la presencia de la poesía de Rainer Maria Rilke, Samuel Taylor Coleridge, William Butler Yeats y, muy especialmente, Wordworth. Esto le permite confrontar a la vida real con aquella descrita en la literatura, en una comparación de la que sale mejor parada la vertiente artística. “La poesía de la inspiración era, hasta cierto punto, la poesía de la ignorancia, y sacar conexiones entre determinados símbolos, una locura destructiva”, piensa la protagonista del cuento “Un viaje a Citera”, a quien un desconocido le ha pedido que entregue una carta: “No sabía nada, y por ende podía creer cualquier cosa, encontrando la fe en esta imagen, como la encontraba en las ciudades desconocidas. Sí, encontraba la fe en la contemplación apasionada de la intimidad, cuando su propia intimidad le faltaba. Como Wordsworth, que le dio la espalda a su vida para observar sus recuerdos más intensos, y Yeats, que miraba leones y torres y halcones”

Mejorada por la realidad de la literatura, la realidad del mundo que Drabble ha descrito en cuatro décadas de narrativa breve se presenta como un cosmos en donde la mirada femenina impregnada de lirismo llena el vacío dejado por la perspectiva androcéntrica. Un viaje del que no vale la pena regresar.

 

Michelle Roche Rodríguez (@michiroche) es narradora, periodista y crítica literaria. Es autora del libro de relatos Gente decente (Premio Francisco Ayala, 2017) y del ensayo Madre mía que estás en el mito (Sílex, 2016). Su página web es http://www.michellerocherodriguez.com

 

La ilustración que acompaña a esta nota es un trabajo artístico promocionado como «wallpaper» por HDTV Wallpaper y puede encontrarse en esta aquí.

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