América, de Manuel Vilas: un espejo para mirar mejor a España

Hay dos tipos de libros de viajes: aquellos en los que vemos el destino, descubrimos la cultura y a medida que avanzamos en la lectura saboreamos lo desconocido; y aquellos en los que el viaje nos sirve (a nosotros y al propio narrador) para ver al viajero y entender su viaje interior.

América de Manuel Vilas, publicado por Círculo de tiza, es el resultado de una serie de viajes del autor por el Midwest americano, y como libro de viajes resulta incómodo probablemente porque no encaja en ninguna de las dos tipologías. Toca ambas, pero para acabar conformando una tercera, novedosa y original: el viaje gracias al cual podemos darnos la vuelta y mirar nuestro país de origen con perspectiva, la comparativa necesaria para entender el lugar del que procedemos.

“No se puede ser español toda una vida”. Vilas se deshace de España, al menos temporalmente, y alivianado busca en la América profunda todo aquello que pueda darle la razón de su imperiosa necesidad de desapego.

Pero su mirada mordaz satiriza todo lo que ve, y así acaban entronados los lobbies de hoteles que se repiten estado tras estado, los zombies que habitan casas que, juntas, no construyen ciudades sino solo casas donde se rinde culto a la soledad, los coches como medida de todas las cosas, el control y la comodidad como necesidades básicas, los sótanos como el escondite de lo que se pudre, los autobuses de la Greyhound como la mejor forma de mirar a la pobreza de cerca, las moquetas como fuente del olor característico de una clase media que representa el desengaño del American Dream, Los Simpsons como prueba de que el éxito es la única ideología posible, la Coca Cola como demostración de que capitalismo y comunismo pueden estar, en realidad, muy cerca…

“No se puede ser español toda una vida”

A lo largo de su viaje, Vilas sigue el rastro de grandes escritores americanos, como David Foster Wallace, Mark Twain, T.S. Elliot, Toni Morrison, Walt Whitman o Edgar Allan Poe. Da con cartas de escritores latinoamericanos como García Márquez, Gonzalo Rojas, Augusto Roa Bastos, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, José Lezama Lima o Mario Vargas Llosa. Y frente a la literatura, a ‘la pobreza de los escritores’, su mirada afilada ofrece una tregua. “Hay muchos escritores en español dando clases aquí. Estados Unidos convierte a los escritores consagrados en profesores de escritores novatos. España los convierte en muertos de hambre directamente, lo que a la larga es más clarificador”.

“Estados Unidos convierte a los escritores consagrados en profesores de escritores novatos. España los convierte en muertos de hambre directamente, lo que a la larga es más clarificador”.

Las grandes leyendas del pop contrastan con este desolador escenario, y así vemos correr por las páginas de América reflexiones sobre auténticos mitos como Bob Dylan, Lou Reed, David Bowie, Prince, Paul McCartney. El pop y su iconografía se dibuja como lo que se llevó por delante la literatura en el siglo XX. La profundidad es mentira, la gravedad y lo solemne, los atributos de una cultura que apesta a muerto. Casualmente, esa que apesta es la cultura española, tanto a izquierda como a derecha.

Dicen que la comedia surge cuando las sociedades entran en período de decadencia, y que son la cara valiente de las tragedias. La risa se convierte en un arma para poder mirar de frente una realidad que se desmorona. “El mundo es cómico”, argumenta Vilas, que convierte en humor las grandes desgracias que, según sospecha al escribir el libro, llevarían a un país como Estados Unidos a votar por Trump.

Pero detrás de esa comedia americana que Vilas nos propone no hay otra cosa que la gran tragedia que ha dejado en España, y he aquí el tema detrás del libro: el desequilibrio del protagonismo cultural. “Me siento en mi habitación y me pongo a pensar en la irrelevancia de la cultura española: se nota mejor aquí. Uno ya la intuye en España, pero fuera de España ya es real. ¿A qué se debe esa irrelevancia? No me pagan por encontrar culpables”.

“Me siento en mi habitación y me pongo a pensar en la irrelevancia de la cultura española: se nota mejor aquí. Uno ya la intuye en España, pero fuera de España ya es real”

Me siento en mi habitación y me pongo a pensar en la irrelevancia de la cultura española: se nota mejor aquí. Uno ya la intuye en España, pero fuera de España ya es real. ¿A qué se debe esa irrelevancia? No me pagan por encontrar culpables”

La fama y el fracaso. La condena de ser español, de ser escritor en España, y la redención americana en forma de un despacho. La desafección y las segundas oportunidades. La comprobación de que ni allí ni aquí, porque viendo a los homeless durmiendo y abrigándose y alimentándose de la basura se evidencia que hasta “la basura tiene piedad. Nosotros no”.

Un libro de humor que, sin duda, os dejará tristes.

 

Liliana Zambrano (@Lelezam) Narradora, publicista y profesora de escritura creativa. Trabaja en Leo Burnett Iberia y en la Escuela Contemporánea de Humanidades de Madrid, tres relatos suyos han sido publicados y es coautora del libro El diablo apuesta a todo (Editorial Lengua de Trapo, 2011).

 

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